SOBRE VUELOS
El día que el vendaval se llevó a Germán, la vida empezó a ser otra. Mamá se varó en el lamento de haberlo subido con ella a tender a la azotea. Y allí se quedó. Papá, que había salido a buscarlo, volvió con una grulla, dos palomas, una cometa y un racimo de globos descoloridos. Pero no era lo mismo. Germán había dejado un vacío muy grande difícil de llenar. A veces, asomados a la ventana, lo veíamos pasar volando. Lo llamábamos a gritos y él saludaba como si fuera en autocar.
Una tarde otoñal el viento lo dejó en la puerta. Lo abrazamos todos. Menos papá, que se había ido de nuevo a buscar cosas que volaran. Germán había crecido un palmo y estaba despeinado. Nos contó como era el mundo, pero desde arriba. Altanero. Mamá seguía lamentándose de lo de la azotea. De nada servía que Germán diera saltos ante ella diciéndole que había aterrizado. No volvió a ser la misma. Él tampoco, se creía muy volátil. Y alardeaba de ello. Pero el que más cambió fue nuestro padre, que nunca regresó y nos conformamos con un señor que vivía enfrente. Y no se parecía en nada.
Texto: Migelángel Flores
Ahora sí. Este es un gran momento para mí porque tengo el honor de presentar este hermosísimo relato de Miguelángel Flores con una ilustración mía. Sobre vuelos fue seleccionado en el concurso Esta Noche Te Cuento (ENTC) del pasado mes de junio y después pasó a la gran final. Ahora con mi ilustración, emprende un nuevo viaje. Estoy que no quepo en mí. Ahí van los dos cogidos de la mano. Hala, ¡A volar!
No dejéis de pasar por su blog Eternidades y pegos si queréis pasar un buen rato, eso sí, poneros a gusto, sin prisas y sumergiros en sus letras. Es un verdadero placer de los que enganchan. Ya me lo contaréis.